Alberto Jiménez Merino, coordinador de los 84 diputados federales de la CNC, informó que en el mundo se están dando cambios extraordinarios en la protección de las economías que generan excedentes para la exportación, por lo que podría llegar el momento de que, por ejemplo, se cierren las fronteras para la venta de leche a nuestro país obligando a impulsar su producción en función de una política emergente.
Ante este peligro, dijo, México debe prevenirse y establecer con urgencia un cambio de estrategia en materia producción de alimentos, lo que indica que las dependencias gubernamentales deben desde ahora optar por los apoyos institucionales a los campesinos, en lugar de recurrir a la fácil solución de importar.
En el caso de la leche, aseguró que el país está en condiciones de lograr su autosuficiencia y hasta de vender a otras naciones, pues en la actualidad, existe un inventario de ganado estabulado y especializado en establos de cerca de un millón de vacas, las cuales producen poco más del 50 por ciento de la demanda nacional, es decir, 5 mil millones de litros al año.
Mientras que, agregó, en las áreas tropicales hay más de 4 millones de vacas en edad productiva, pero con bajo aprovechamiento en leche, ya que cumplen con el otro 50 por ciento, porque el propósito principal en el trópico, es producir carne. Sin embargo, en estas regiones es imposible incrementar los índices de productividad.
En este aspecto, sostuvo, se necesita direccionar el sistema de apoyos del gobierno federal y promover una más amplia participación de los gobiernos estatales y municipales, además de propiciar la coordinación de las instituciones, como son las secretarías de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, de Economía y Desarrollo Social, a fin de unificar criterios y dar vigencia a las funciones y atribuciones que tiene cada una de esas dependencias.
Esto es, aclaró, que cada cual apoye la producción y productividad, la organización de los productores y asociaciones para entrar a esquemas superiores de industrialización y comercialización de la leche y, finalmente, estimular a los pequeños y medianos productores en zonas marginadas.
En esa medida, enfatizó el legislador por el estado de Puebla y ex rector de la Universidad Autónoma Chapingo, sería posible evitar duplicidad de funciones y contradicciones, como es el hecho de que la Secretaría de Agricultura promueve la importación de vacas para reposición del hato lechero y al mismo tiempo la Secretaría de Economía da vía libre a la importación de leche en polvo, quesos y otros derivados que, finalmente, compiten por el mismo mercado.
Jiménez Merino consideró que para evitar problemas por falta de alimentos en México, se debe impulsar la productividad en las áreas tropicales de México, incrementar las inversiones públicas y promover la participación de la iniciativa privada y las organizaciones de productores.
En la vertiente del Golfo de México y del Pacífico, apuntó, el país cuenta con grandes extensiones que históricamente han permanecido subaprovechadas y en las cuales se practica una ganadería extensiva pero de baja productividad, concluyó.
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