domingo, 6 de marzo de 2011

Alegres cofrades dejenme contarles El rito; hacia el exorcismo de la humanidad

Mas noticias en http://noti.mx ...De bizarro no tiene nada pero A propósito del éxito en el cine de la película "El Rito", protagonizada por Anthony Hopkins, quien es el mejor actor para el papel de la historia adaptada que refiere el libro escrito por Matt Baglio, el tema merece reflexión.

Era hora ya que Hopkins tomara un serio papel como exorcista. Algunos creimos que el pudo haber realizado una excelente actuación en "El Exorcismo de Emily Rose" o que podría protagonizar la principal historia del legendario libro --difícil de encontrar-- escrito por Malachi Martin "El Rehén del Diablo", texto que carga la historia negra de producir efectos alucinatorios o experiencias de vejación diabólica para quienes lo lean o incluso, lo busquen.

Como en "El Exorcismo de Emily Rose", el tema es que el diablo existe y para demostrarlo no hay como ser testigo de algún exorcismo. El filme está dirigido a toda clase de audiencias, pero especialmente atrae a creyentes, aunque el pretexto es la incredulidad de todos respecto del demonio, toda vez que incluso gente muy apegada a la religión niega su existencia, aduciendo infinidad de argumentos, tantos según el gusto de cada quien.

Para los estudiosos del tema del diablo, la película tiene éxito por la participación de Hopkins, ya que el argumento de la pérdida de fe que es retomado tras un enfrentamiento personal con el demonio, es recurrente desde la película "El Exorcista".

El tema de la posesión diabólica como tal, crudo, arroja en nuestros días la consideración de que el argumento fundamental que expone Malachi Martín, es más acorde con la realidad, aunque continúa por la línea de las aparatosas expresiones de fenomenología del terror, el miedo, las cosas que se mueven, los gritos aterradores, las caras desfiguradas y demás fenómenos ya del conocimiento público que identifican a los posesos.

No es tal fenomenología la que resalta en el texto de Malachi Martín, sino la revelación por parte del demonio que el poseso buscó la posesión y quiere estar poseído.

Haciendo acopio de diversos estudios y análisis, llegamos a la conclusión de que el tema de los posesos que buscaron tal estado y les gusta, es hoy en día el tema relevante que podrían tomar quienes les gusta producir películas de este género.

"El Rehén del Diablo" expone la experiencia del autor como exorcista, con una problemática inusitada: el aparente triunfo del maligno al no poder ser expulsado por celebrante del rito.

Esta problemática es tan añeja como lo es la propia posesión diabólica, aunque es casi inexistente la literatura acerca de ello, mucho menos existe reflexión y exposición de casos, fenomenología y narración de liberación de los posesos.

La existencia de este tipo de posesiones se narra en los propios Evangelios, ya que dos personajes fundamentales en la vida de Cristo, la tuvieron: Judas Iscariote y María Magdalena.

Del primero se narra que era ladrón y echador. Su pecado tuvo un clímax cuando en la última cena, al comer de la primera comunión de la humanidad dada por las manos de Cristo, "tras el bocado el demonio entró en él". Enseguida procede a entregar a Cristo para que sea crucificado.

De María Magdalena hay poca referencia, pero muy fundamental, ya que el evangelista la señala como "de la que salieron siete demonios".

Naturalmente se sigue que tanto Judas como María Magdalena estuvieron posesos por el demonio. En ambos casos la posesión procede de su modo de vida, uno como ladrón mentiroso y otra como prostituta.

A diferencia de las manifestaciones de posesión diabólica ampliamente conocidas por su fenomenología, en los casos de Judas y María Magdalena no se refiere que hayan vomitado verde, ni dado vueltas a la cabeza, ni hablado en lenguas extranjeras, ancestrales o desconocidas, ni que tuvieran fuerza descomunal, etc., como en los casos de posesiones más conocidas. Sin embargo realmente estaban posesos porque en su momento eso quisieron y así les gusto el efecto de traer dentro a un inquilino como lo es el demonio.

La reflexión conduce inevitablemente a que el día de hoy existen masas de posesos de esta naturaleza, cuya fenomenología de aparente pasividad respecto de las manifestaciones conocidas e identificadas como de posesión diabólica, enmascaran su estado.

Ello no quiere decir que en un momento dado tales fenómenos espantosos no puedan presentarse, ya que el demonio quiere ser reconocido y adorado por el hombre.

Si una vida de obrar el mal, esto es, de violar uno o varias prescripciones del decálogo conduce a una posesión diabólica de esta naturaleza, pues resulta entonces que el estado actual de la humanidad es singular y espantoso, porque así le gusta a los hombres.

Tal fenómeno de posesión masiva o "pandemonium" reviste la lógica de su ocurrencia desde el fundamento de que así como Dios quiere vivir en el corazón del hombre y hacerle partícipe de su vida, el demonio quiere exactamente lo mismo.

La consecuencia es que tal estado se refleja en la vida colectiva de los pueblos, sus gobiernos, sus leyes, su cultura, su política y toda su vida.

Indudablemente que tal estado habrá de tener un desenlace, tanto como expresión masiva de la posesión diabólica de gran parte de la humanidad, porque así le gusta y, enseguida, de la acción de liberación, que en este caso no puede realizar un hombre, ni todos los exorcistas del mundo de todas las denominaciones cristianas y credos. Esto tiene una lógica con la Parusía de Cristo, quien con el soplo de su aliento liberará a la humanidad de la posesión diabólica, pero no solo eso, sino que destruirá a todos los que llamaron al demonio para que eso ocurriera.

Parece que estamos en vísperas del exorcismo más grande que jamás se presentó, donde el celebrante del rito es el mismo Jesucristo y el poseso es casi toda la humanidad.

Para mayor información sobre el tema, consultar:
http://cruciferorder.tripod.com/loshijosdeldiablo/

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